Insomnio en la infancia
Los problemas de sueño no son exclusivos de la edad adulta. Diferentes estudios han llegado a la conclusión de que entre un 20% y 30 % de los niños menores de 5 años suelen presentar algún problema de sueño. Además, esta cifra se estima que es del 15-27% para niños en edad escolar.
Estos estudios también aportan otros datos interesantes:
- Un 53% de los niños menores de 6 años presentan una alta incidencia de interrupciones en el sueño.
- A partir de los 3 años esta cifra desciende.
- Sin embargo, un 18% de los niños de 6 años presentan despertares que interrumpen el sueño familiar, al menos 3 veces por semana.
- 12,1% de estos niños no habían aprendido a dormir por sí mismos.
En general, los despertares nocturnos en los niños no sólo representan un problema para sí mismos, sino también para sus padres. Así es que se ha asociado el criar a niños “mal dormidores” con futuros trastornos de sueño para los padres, con sus consiguientes problemas de índole laboral, social, familiar y, fundamentalmente, de salud. Es decir, repercutiendo en la calidad de vida.
¿Cuando se consolida el patrón de sueño adecuado de los niños?
En general, se estima que el sueño evoluciona rápidamente en la infancia. Durante los primeros 6 meses de vida se establece el ritmo circadiano, con la pausa nocturna de larga duración y las siestas durante el día. Este proceso se potencia gracias a la producción de melatonina endógena y al descenso de la temperatura corporal, que madura a esa edad. Estos procesos están determinados genéticamente.
Sin embargo, el desarrollo de este ritmo circadiano depende de otros factores, no únicamente del biológico. Son los determinantes familiares y sociales los que contribuyen a establecer un patrón de vigilia-sueño asociado al ciclo de luz-oscuridad. Se trata de un acontecimiento bio-psico-social, esto es, la rutina familiar y social contribuye en grado relevante a la correcta sincronización del reloj interno que establece el horario de vigilia-sueño.
La Guía De Atención Primaria de nuestro sistema de salud establece una clasificación de los trastornos del sueño infantiles en tres grandes grupos:
- El niño al que le cuesta dormirse: insomnio por higiene del sueño inadecuada, insomnio conductual, síndrome de piernas inquietas y síndrome de retraso de fase.
- El niño que presenta eventos anormales durante la noche: síndrome de apnea-hipoapnea obstructiva del sueño pediátrico, sonambulismo, terrores del sueño o nocturnos, despertar confusional, pesadillas y movimientos rítmicos relacionados con el sueño.
- El niño que se duerme durante el día: privación crónica del sueño de origen multifactorial y narcolepsia.
En la Medicina Del Sueño se establecen diferentes tipos de insomnio infantil:
- Insomnio por causas médicas: el sueño es una función compleja, ya que múltiples órganos, hormonas, vías de transmisión, etc. están implicados. Es importante un diagnostico exhaustivo para valorar las causas que pueden estar detrás del problema de sueño
- Insomnio por causas conductuales: suele presentarse como una dificultad del niño para irse a la cama y/o dormirse solo. Durante los despertares nocturnos, aparece nuevamente esta incapacidad para auto-conciliar el sueño, sin la presencia de los padres. Se habla entonces de insomnio infantil por hábitos incorrectos.
Se estima que cerca de un 30% de los niños sufren de insomnio por causas conductuales, ya que entre ambas causas es la más frecuente. Es relevante en niños pequeños, de menos de 5 años, y se asocia con hábitos de sueño incorrectos.
El insomnio conductual engloba varios problemas:
- Asociaciones inadecuadas para dormirse
- Ausencia de límites
- Combinación de ambos
Esta ultima es tal vez la más frecuente. Veamos un ejemplo:
“Ángel tiene 4 años, utiliza todo tipo de artimañas para retrasar la hora de acostarse ya que cree que “se pierde algo”. Se niega a irse a la cama cuando sus padres se lo dicen (ausencia de límites) y la escena suele acabar con una tremenda rabieta. Uno de los padres termina acostándose con Ángel hasta que se tranquiliza y se duerme. Durante la noche, Ángel se suele despertar y se repite la misma escena de llantos y quejas que acaban cuando, nuevamente, uno de los padres se acuesta con él. En otras ocasiones, Ángel se mete en la cama de sus padres y pasa allí el resto de la noche”
Es fácil deducir como se levantarán los padres de Ángel: desesperados, somnolientos, irritables… ¡como poco!
Los despertares nocturnos son generalmente el resultado de inadecuadas asociaciones para dormir. El niño debe tener una rutina antes de acostarse y así asociar una serie de factores con el sueño. Es decir, los elementos externos se asocian con dormir, configurando el hábito de sueño.
¿Cuáles son las asociaciones adecuadas? Son elementos externos que están presentes durante el sueño y no le abandonarán (chupete, peluches, su habitación, etc.). Cuando se despierte por la noche los encontrará, los verá y volverá a dormirse.
Pero, ¿y las asociaciones inadecuadas? Suelen ser acciones realizadas por los padres o cuidadores a la hora de intentar que el niño se duerma y que cuando el niño se despierta por la noche ya no están presentes (la presencia de los padres, el pecho de la madre, biberón, dormirle en brazos o el colecho).
Todos los niños se despiertan habitualmente más de dos veces por noche y se vuelven a dormir solos si encuentran esos elementos externos asociados al sueño.
Instaurar unos hábitos de sueño correcto en los niños forma parte de la educación básica. No solamente ayudan al niño a implementar un sueño adecuado y saludable, sino que contribuye al bienestar de toda la familia, aportando una optima calidad de vida.
Las consecuencias del insomnio infantil son numerosas, por ello es importante un diagnóstico e intervención. En SueñoGalicia el equipo multidisciplinar, médico y psicológico, especializado en el sueño y sus trastornos, le ayudará a recuperar un sueño saludable para el niño/a y para toda la familia.
Hola, tengo un hijo de 4 años que no quiere dormirse solo. Tenemos que estar con el hasta que se duerme, a veces le lleva hasta media hora,¡ es desesperante!. Al final nos enfadamos y el aún se pone más nervioso. Si a lo largo de la noche se despierta volvemos a lo mismo, nos toca estar con él y tranquilizarle hasta que se duerme. Estoy embarazada de 5 meses y me preocupa mucho que al llegar su hermanita el problema se agrave. ¿Cree que debería buscar ayuda ahora o es mejor esperar a que nazca la hermana?
Hola, en primer lugar agradeceros esta información tan interesante e importante que compartís. Aprovecho para preguntaros ¿Cuál es la edad en la que se aconseja que los niños dejen de compartir la habitación de los padres y se les traslade a su propia habitación? Por otro lado, ¿esto no puede provocar en los bebes un sentimiento de rechazo o abandono por parte de sus padres? Muchas gracias
Hola Miriam,
gracias por tus comentarios, nuestro empeño es ofrecer información útil y relevante para ayudaros a dormir bien. En cuanto a tu pregunta, es muy dificil responder sin conocer las características del bebé. Una recomendación ampliamente aceptada por los expertos en medicina del sueño es que a partir de los 3 meses los bebé pueden y deben dormir en su propio cuarto. Es impotante que se acostumbren a hacerlo, que asocien su cama o cuna con dormir, de esta forma conseguirá dormirse solo y sin dificultad. De gran importancia es evitar que compartan cama con sus padres, esta consensuado por los expertos que no le ayuda, todo lo contrario. En cuanto a sentirse abandonado o rechazado esto no ocurrirá si siente que es querido y cuidado con el cariño que se merece. Es un primer paso hacia la autonomía que conseguirá cuando sea adulto.
Con
Mi
Esposa cometimos
El
Error de
No sacar a Agustina cuando
Fue
El
Momento y hoy con 3
Años sufrimos
Todo lo que allí describen, como hacemos ahora para revertir esto y volver a la
Normalidad? Ella duerme con su madre, pasa a su cama en nuestro dormitorio, y en algún momento de la madrugada se despierta y pasa a nuestra cama. Casi todas las noches es así.