→ Estrés en Adultos
“ …tengo tanto que hacer, no logro acabar nada, todo depende de mí, si no lo hago yo nadie lo hace o lo hace mal. No consigo dormir de lo nervioso que me pongo cuando pienso en el día siguiente, la reunión, el compañero….”
¿Qué es?
De forma similar a la ansiedad, el estrés lo experimentamos muy a menudo cuando hay cambios en nuestra vida a nivel personal, laboral, social, etc. Por ejemplo, cuando tenemos un exceso de demanda, de trabajo o de la familia y nos sentimos incapaces de superarlas. Los cambios son percibidos como amenazantes y creemos que no somos capaces de afrontarlos y sufrimos respuestas fisiológicas y psicológicas que pueden ser complejas y difíciles de aguantar, creando un gran malestar.
Igual que la ansiedad, el estrés puede ser positivo puesto que nos ayuda a adaptarnos a los cambios al poner en marcha muchos recursos que poseemos, aunque no lo sabemos. Si lo superamos nos sentimos bien, adaptados a las nuevas circunstancias. Puede que el estrés se mantenga de forma prolongada en el tiempo, casi crónico o que creamos que no somos capaces de superarlo. En este caso el estrés es negativo, perjudicial.
¿Porqué se produce el Estrés?
Es un recurso para afrontar situaciones novedosas o difíciles (un cambio de trabajo, exámenes, una boda, el nacimiento de un hijo, etc.), preparándonos para la respuesta eficaz a la nueva circunstancia. Es decir, nos pone “en marcha”, activándonos y buscando soluciones y recursos. El superar retos y objetivos supone un aliciente para nuestra autoestima, proporcionándonos satisfacción y bienestar. Sin embargo, una vez superada la novedad o cambio, el estrés debe desaparecer. El problema es que hay veces que se mantiene en el tiempo, haciéndonos sentir mal e incapaces a la hora de superar la situación. Tanto es así que pequeños “estresores” mantenidos en el tiempo son más perjudiciales que un gran “estresor”.
¿Cómo se manifiesta el Estrés?
Cada individuo puede sufrir diferentes síntomas cuando se encuentran estresados. Algunas veces son claramente debido al estrés, pero en otras ocasiones se piensa en enfermedades físicas. En general podemos hablar de 3 aspectos diferentes que se ven afectados cuando hay estrés:
- Sensaciones físicas:
- sensación de ahogo
- dolores de cabeza o en el área del pecho
- malestar, mareos, vértigos
- cansancio, falta de energía
- problemas para dormir, insomnio
- sudoración
- problemas abdominales (diarrea, estreñimiento, ardores, etc.)
- ingesta compulsiva, problema para controlarlo o falta de apetito
- Emocionales, sentimientos:
- tristeza
- agresividad, irritabilidad
- nerviosismo
- temor al futuro, al fracaso
- desinterés por cosas que antes nos interesaban
- desconfianza
- Conductas:
- problemas de concentración, atención y memoria
- negación del problema
- llanto
- cambio de hábitos, dejar de cuidare
- abuso de sustancias, tabaco, café, alcohol, etc.
Estos son solo algunos de los signos que nos deben alertar, puesto que a largo plazo nos pueden afectar de forma severa a nuestra salud en forma de hipertensión, sobrepeso, migrañas, problemas cardíacos…
¿Cómo se trata el Estrés?
Cuando no somos capaces de solucionar y superar la situación es importante buscar ayuda. Los psicólogos podemos aportar nuestra experiencia y ayudar a superarlo. Los procesos son sencillos y constituyen una herramienta importante para futuras situaciones similares.